Puede que encuentres más relajante dar a luz en el agua. Cuando estás dentro del agua, es más fácil moverte y la atmósfera es más relajada y tranquilizadora. También alivia la presión, relaja los músculos y reduce la necesidad de medicación, así como el dolor y la ansiedad propios del parto.
Hay médicos que aconsejan no meterse en el agua después de la rotura de aguas, ya que existe un riesgo de infección. Una ducha también puede ser relajante, pero no tan efectiva.
Es importante que no te metas en agua caliente, porque necesitas vigilar tu temperatura. Si tienes un parto que requiera vigilancia constante, el agua causará impedimentos, por lo que no podrás dar a luz en ella y, en su lugar, tendrás que usar otras técnicas.
Algunas mujeres alquilan bañeras grandes para dar a luz y otras usan la de casa. Un parto en el agua se puede hacer en casa o en un hospital que tenga las instalaciones adecuadas.