Algunas de las posturas más eficaces son: quedarte de pie, caminar todo lo que puedas, estar sentada (te puede venir muy bien usar un balón de Pilates para mecerte de atrás adelante); ponerte en cuclillas apoyándote en una silla, en tu cama o en tu pareja; ponerte de rodillas usando algún apoyo y ponerte a gatas. Si te pones a gatas, te dolerá menos la espalda, ya que se reducirá la presión sobre tu columna vertebral.
Si no te sientes cómoda en ninguna de estas posturas y ves que solo puedes aguantar si estás tumbada boca arriba, prueba también a tumbarte de costado apoyándote en almohadas, la misma postura que has estado usando los últimos seis meses para intentar conciliar el sueño.