Muchas mujeres que se creen el viejo mito del embarazo de que "tienes que comer por dos" piensan que pueden comer el doble y que luego perderán todo el peso después del embarazo. Nada más lejos de la realidad. Antes de tu embarazo, deberías estar consumiendo unas 2000 calorías por día aproximadamente, según tu peso y de tu nivel de actividad. Durante tu embarazo, tu ingesta de calorías solo debería aumentar en 200 calorías por día, comenzando en tu tercer trimestre.
Este extra es el que proporcionará a tu bebé toda la energía y los nutrientes que necesita. También permitirá que se desarrolle la placenta, que aumente tu volumen sanguíneo y que se produzca el líquido amniótico. Por último, suministrará a tu cuerpo el plus de energía que necesita para realizar todas las funciones adicionales derivadas del embarazo.
Una mujer que tenga sobrepeso al principio del embarazo también tiene que consumir las calorías extra, a no ser que el médico aconseje lo contrario. El embarazo no es un buen momento para ponerse a dieta, ya que el proceso de quema de grasas produce cetonas, que pueden resultar peligrosas para el bebé. Sin embargo, las mujeres que empiezan con sobrepeso y se adaptan a un estilo de vida sano, con una dieta rica en fibra, fruta, verdura y proteína magra, y pobre en grasas no saludables, acaban perdiendo algo de peso. Estas mujeres suelen descubrir lo fácil que es perder peso después del parto después de pasarse los nueve meses adoptando costumbres sanas y mejorando su forma física.
Es probable que a una mujer que está baja de peso se le aconseje subir de peso. Es decir que le será recomendado consumir más de las 200 calorías extra recomendadas y puede que se le recomiende incrementar su ingesta de calorías antes de que inicie su tercer trimestre de embarazo. Es necesario para que puedan tener un embarazo saludable y sean capaces de mantener a un bebé que crezca y se desarrolle de forma adecuada.
Aunque tu costumbre cuando no estabas embarazada fuera comer tres veces al día, ahora será más beneficioso comer seis veces, pero menos cantidad. Con esto queremos decir que hagas más pequeñas tus tres comidas normales y, además, piques algo sano otras tres veces al día. Esto te permitirá regular los niveles de azúcar en tu sangre y digerir la comida más fácilmente.
También ayuda contra las náuseas, ya que tu sistema digestivo tendrá que realizar un menor esfuerzo. Además, comer en cantidades pequeñas evita el estreñimiento.
Si tienes unas náuseas severas que te impiden digerir la comida, es importante que hables con el médico para prevenir que ello cause complicaciones en tu embarazo. En caso de vomitar excesivamente, comunícaselo al médico de inmediato.