Lactancia, 0-3 meses
Te contaremos un secreto: incluso las mamás más experimentadas en amamantar todavía se preguntan si tienen suficiente leche. Es solo una parte normal, aunque frustrante, de la maternidad. Para tranquilizarte, hemos reunido algunos pasos clave que puedes tomar para asegurarte de mantener un suministro constante de leche.
1. Alterna el seno que le ofreces
Alternar el seno que ofreces primero en cada comida te ayudará a crear un suministro estable en las seis primeras semanas. Al amamantar regularmente con ambos senos también disminuirás el riesgo de desarrollar una infección mamaria y promueves el desarrollo de la visión y del músculo del cuello de tu bebé.
2. Amamanta regularmente
La producción de leche funciona según la oferta y la demanda. Así que cada vez que tu bebé toma leche de tu pecho, tu cuerpo naturalmente produce más. Por otra parte, si tus senos permanecen llenos, la producción de leche disminuye.
Puedes prevenir que esto suceda al no dejar pasar más de 4 horas entre cada comida y alimentar al menos 6 veces por día. O, si estás fuera de casa, usar un extractor de leche para drenar tus pechos hasta la siguiente sesión de lactancia.
3. Amamantar bajo demanda
Un suministro de leche estable se mantiene en contacto con las necesidades de tu bebé. Al dejar que tu bebé se alimente bajo demanda, te aseguras de que tu suministro de leche esté perfectamente calibrado para apoyar el desarrollo de tu bebé.
La mayor parte de esta calibración se realiza en las primeras seis semanas, cuando se está estableciendo la lactancia, pero la verdad es que la leche materna nunca deja de cambiar. Durante un periodo de crecimiento repentino, por ejemplo, los bebés tienden a alimentarse con mayor frecuencia y, en respuesta, tu cuerpo produce más leche para igualar su apetito.