Cuándo debes llamar al médico

Tu cuerpo experimenta tantos cambios durante el embarazo que puede que no tengas claro cuáles son normales y cuáles no. Es muy importante que recuerdes que el médico o la comadrona están al otro lado del teléfono y, si piensas en algún momento que algo no va bien, es mejor llamar que seguir preocupándote por tu salud o la de tu bebé.

Que nunca te preocupe ni te dé vergüenza llamar al médico o la comadrona para resolver tus dudas. Además, ten presente que hay situaciones concretas que pueden hacer necesario que llames o tengas que ir a urgencias.

Si en cualquier momento de tu embarazo tienes cualquiera de los siguientes síntomas, llama inmediatamente al médico o la comadrona:

Indicios de preeclampsia

Fiebre

Aparición de fiebre que no esté relacionada con una enfermedad o infección.

Vómitos

Vomitar más de tres veces al día; náuseas que impidan comer o beber, especialmente si se combinan con dolores o fiebre.

Sangrado

Sangrado vaginal combinado con fiebre, calambres o dolores.

sangrado vaginal abundante

Expulsión de tejidos

Expulsión de tejidos fetales (material grisáceo) o coágulos de sangre por la vagina.

Pérdidas

Pérdidas de líquido por la vagina, especialmente si es inodoro.

Si tienes cualquiera de los siguientes síntomas, llama hoy al médico o la comadrona:

Durante el tercer trimestre hay ciertas situaciones que requieren una llamada inmediata al servicio de urgencias. Algunas de ellas son:

Entre las semanas 20 y 37 hay ciertas situaciones que hacen necesario que llames inmediatamente al médico o la comadrona. Tienes que conocer los indicios del parto prematuro para poder recibir asistencia médica inmediata si se produce, ya sea para interrumpir el proceso del parto o asistir en el mismo, si la interrupción deja de ser posible. Algunos de estos indicios son:

A partir de la semana 37 del embarazo, hay algunos síntomas e indicios que hacen necesaria una llamada al médico o la comadrona o un traslado inmediato al hospital. Algunos de ellos son:

No hay dos embarazos iguales, así que lo que parece normal para una mujer puede ser totalmente anormal para otra. No es el momento de hacer conjeturas sobre ti misma o tu cuerpo. Si te parece que hay algo que no encaja, asegúrate de obtener asistencia e instrucciones de tu médico; se lo debes a tu bebé y a ti misma.