Hay muchos tipos de ejercicio indicados durante el embarazo, pero también hay otros que debes evitar. Los hay que acarrean riesgos de caídas o lesiones por contacto, otros entrañan riesgos derivados de las posturas que se deben adoptar y, por último, están los que simplemente no son seguros.
Es importante que evites:
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Estar tumbada boca arriba mientras haces ejercicio, ya que así ejerces presión sobre los vasos sanguíneos principales de tu espalda, interrumpiendo el flujo de la sangre.
Los deportes de contacto, como el boxeo, el fútbol, el squash y el yudo.
El submarinismo, porque no puedes protegerte de la descompresión y se te pueden formar burbujas de gas en la sangre.
Los deportes con riesgo de caídas, como la equitación, el hockey, la gimnasia y el ciclismo.
Los ejercicios de alto impacto que pueden causar esguinces en los ligamentos y las articulaciones.
Ciertas posturas del yoga.
El esquí acuático está desaconsejado por el riesgo de lesiones abdominales.
Debes evitar el esquí de descenso, pero sí puedes disfrutar del de fondo.
El riesgo de sufrir esguinces aumenta durante el embarazo debido a que tu cuerpo produce relaxina, una hormona que afloja tus ligamentos y articulaciones para prepararte para el parto.
Al hacer ejercicio, es importante llevar un sujetador cómodo que soporte tus pechos mientras aumentan de tamaño. Elige uno de algodón, ya que tienden a absorber el sudor. La ropa demasiado ajustada puede ser incomoda, por lo que debes evitarla.
Mientras haces ejercicio, tienes que asegurarte de beber suficiente agua y, si en algún momento te sientes mareada, con náuseas o te quedas sin aliento, deja de hacerlo.
Si te excedes haciendo ejercicio, tu bebé podría nacer con un peso inferior al normal, así que es importante que no hagas demasiado y que consultes con tu médico cuáles son la duración y la frecuencia adecuadas del mismo.
Para algunas mujeres no es recomendable hacer ejercicio debido a ciertos factores de riesgo que pueden hacerlo perjudicial. Algunas de ellas son:
historial de aborto
anemia severa
hipertensión
preeclampsia
debilidad en el cuello del útero
sangrado vaginal
enfermedades cardíacas o pulmonares
placenta previa